

Existe un arte aún más exquisito que el de desnudar tu cuerpo. Es el arte de descorrer el velo de tu mente e introducirme en ella. Como si abriera un libro que me obsesiona y que leo sin importar la hora.
Podría hacerlo incluso con la madrugada susurrando encima, mientras siguiera recorriendo cada una de tus líneas.
-Abi Fernández