Hoy os vengo a contar una anécdota de una experiencia que tu..

Hoy os vengo a contar una anécdota de una experiencia que tuve: Era un hombre de 32 y yo tenía 20 por aquel entonces, ya habíamos quedado dos veces y teníamos química en el tema sexual. Un día quedamos para ponernos al día, aunque no había indicios de intenciones sexuales, en parte me lo imaginaba. Yo, soy una chica que quizás voy con una idea y según el momento puedo cambiar de opinión así que tenía en mente que quizá podía pasar algo. Me recogió y me saludo con un beso cariñoso, fuimos hasta un pinar solitario. Durante todo el viaje me miraba, me ponía la mano en el muslo mientras conducía y me decía lo guapa que iba. A mí eso me iba haciendo entrar en calor ya que me pongo algo tonta con los piropos... pero aún así no asumía que fuera a pasar nada. Una vez llegamos al pinar fuimos a unos bancos que había a modo de comedor. Ahí seguimos charlando. No pasó mucho tiempo hasta que me besó, y con eso terminó de activar mis sentidos. Me besaba con pasión, como si fuera la última vez que nos íbamos a ver (y de hecho lo fue) y con su boca y su lengua recorrió toda mi cara y mi cuello. No pude evitar sentarme encima suya para estar más cómoda y a la vez sentir cómo de contento estaba. Yo llevaba falda así que para mí era fácil sentirlo mejor. Efectivamente se estaba poniendo muy contento de tenerme encima besándole, mordiéndole el cuello, mirándole con esta cara provocativa que tengo, y es que en el acto exagero más las expresiones de forma desintencionada. Debió ser un momento muy rico para él ya que mientras le iba besando y lamiendo el cuello, movia mi pelvis sobre la suya, aumentando el roce y creando placer. No voy a negar que el frote es algo que me prende demasiado... Después de unos besos intensos, me quitó la blusa que llevaba, descubriendome el pecho, dejándolo al aire (menos mal que estábamos a solas, no dejaba de ser un lugar público). Posteriormente comenzó a jugar con su lengua sobre mis pezones, que rápidamente se estimularon y se pusieron duritos y pequeñitos. Que me chupen los pechos es algo que simplemente me apasiona. Los lamía en gestos circulares, los babeaba, pasaba de uno a otro, los mordisqueaba, los apretaba... yo estaba sintiendo un placer increíble... todo esto mientras el frote continuaba... Cómo está es la primera historia que cuento, quiero saber si os está gustando. Queréis parte 2? Déjamelo en los comentarios 🤔🤔