







Refugiarse
En pequeñas cosas de escaso triunfo
En desaciertos irremediables.
¿Quién cuida de nosotros?
¿El mar que devuelve la arena a la costa pasado el invierno?
¿Los brotes del naranjo amargo con su aroma?
Parece que nadie nos atiende:
La indiferencia del sol en su punto vernal
O del alminar antiguo entre los olivos.
Por eso escribía versos Pessoa,
para que volvieran los dioses,
Y Proust perseguía fantasmas para seguir viviendo.
También ellos, asombrados por tanto perpetuo
noli me tangere universal.
Refugiarse, escrito por Autillos