





Las fuentes literarias parecen mayoritariamente velar que el interés de la Esfinge de Tebas por sus víctimas tenía un fuerte componente erótico. El único fragmento que ha llegado hasta nosotros de la Edipodia no deja de aludir a este respecto: "[...]Pero además, la Esfinge devoró al más hermoso y deseable de todos, al hijo amado del irreprochable Creonte, al divino Hemón."
Extraido del libro Seres Híbrido en la Mitología Griega