2/3 Con el pasar de los días me mandaba mensajes preguntándo..

2/3 Con el pasar de los días me mandaba mensajes preguntándome si iría, yo solo le decía que tenía mucha tarea y que lo más probable era que no. Me masturbaba en las noches pensando en él y aunque Raúl me cumplía, yo solo podía imaginarlo a él e inclusive tener sueños húmedos con Sebastián. Tenía que cogerlo. Se llegó el día, fue un viernes por la tarde y yo estaba en mis clases normales... Me fui con la ropa interior mas sexy que tenia en ese entonces (y limpia jaja) un vestido corto y unas sandalias, aunque no tenía todas las intenciones de ir, me fui "preparada". Estaba en media clase y me mataba el deseo de verlo, de quitarle la ropa así que simplemente guardé mis cosas, me levante y me fui. Mis amigas me preguntaron qué había pasado, solo les dije que tenía cosas que hacer, que todo estaba bien. Agarré camino, él ya me había mandado la ubicación días antes, así que ya tenia en mente los taxis que debía tomar. Todo el camino iba con culpa, sabía que estaba mal y que Raúl no se lo merecía, pero mi instinto me lo pedía a gritos, ya iba mojada todo el camino y con el corazón acelerado. Llegué cerca de la ubicación, jamás había ido a su casa, así que le marqué por messenger... Tardó unos segundos en responder, estuve a punto de echarme para atrás hasta que escuche su voz tras el teléfono. Solo le dije que ya había llegado y colgó... Me quedé sacada de onda, pero de repente miré más adelante que salió, se acercó a mí y me tomó de la mano sin decir nada. Me puso tras un árbol que había por ahí con sus vecinos y me comenzó a besar... Solo sentía su lengua por toda mi boca, me comenzó a levantar el vestido y apretarme mi culo. Solo sentía como me acercaba a él de la cintura🥵. Se separó de mi y me dijo que me miraba bien buena, que entraramos a la casa, me iba a presentar a sus familiares. Me presentó como una amiga pero todos comenzaron a echar carrilla, yo solo me sonrojé. Platicamos un rato, pero ambos sabíamos que no estábamos ahí para convivir, le comencé a acariciar su miembro debajo de la mesa y lo miraba con ojos de perrito. Todos se ocuparon en algo y aprovechó Sebastián para llevarme a su cuarto... Me azotó a la pared, me mordía los labios, el cuello, mi piel, bajó para darme un excelente oral y él disfrutaba la vista. Se lavanto y me aventó a la cama, se puso sobre mi se frotaba, yo solo me dejé llevar, lo deseaba, quería que estuviera dentro de mí pero solo recordaba a Raúl.