





Estoy sola en casa, el atardecer está comenzando y el calor realmente es bastante intenso, pero no me molesta. Me gustan los colores que se forman al ponerse el sol, es un naranja casi mágico. Me gusta mi libertad a solas, sentirme hermosa con solo mi plenitud y comodidad de mujer joven y ociosa. Me gusta sentirme sensual y fresca al caminar desnuda por mi casa, me empodera y me reconcilia con el pudor injustificado hacia un cuerpo sin ropa. Me despojo de los prejuicios, preocupaciones y permito que me envuelva la paz del naranja cálido que me regala el cielo.